El CF Reus ha sido expulsado del fútbol profesional. El Juez de Disciplina Social de LaLiga así lo ha considerado, “no cumpliendo con sus obligaciones contractuales, deberes o compromisos adquiridos”. Además, se le ha impuesto una multa de 250.000€ que aún penalizan más al club catalán.
El máximo accionista del Reus, Joan Oliver, a pesar de haber vendido el club a los estadounidenses Clifton Onolfo y Russel Platt quienes declararon invertir y pagar la deuda del club para así salvar la división y seguir compitiendo en el fútbol profesional español.
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Como relata el diario Mundo Deportivo, fuentes cercanas a los inversores han asegurado que Joan Oliver pudo haber maquillado las cuentas y que ambos accionistas se han encontrado con más deuda de la prevista, pudiendo ser insuficiente una inyección inicial de 2,5 millones de euros para afrontar los pagos correspondientes y poner el club al día.
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A través de un comunicado en su página web, el CF Reus Deportiu anunció que recorrerá la resolución del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y la solicitud para la suspensión cautelar.
El Reus Deportiu se ha quedado con seis fichas de jugadores profesionales, número inferior a las que requiere la Federación para poder competir en Segunda División A. A pesar de todo, el Reus recurrirá el fallo ante el TAD. El día 1 de febrero de 2019, el TAD ha rechazado la apelación interpuesta por el club y se conocerá en los próximos días si el Reus continuará apelando la resolución del TAD. El futuro del CF Reus está en el aire y parece un caso de paupérrima gestión y dirección de un club de fútbol profesional.